La polémica situación se dio en la Primera División de Irlanda del Norte, en el duelo entre Glentoran y Coleraine.

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Durante el partido en el que Glentoran recibió a Coleraine, por la novena fecha de la NIFL Premiership de Irlanda del Norte, el conjunto visitante metió un gol y el arquero del equipo local tuvo una tremenda reacción. 

A falta de diez minutos para que finalice el encuentro y con un hombre de menos, el Glentoran ganaba 2-1, un resultado que le permitía colocarse cuarto con 15 puntos, cinco por debajo del líder de la tabla. Sin embargo, a los 81’, Bobby Burns perdió la pelota en el medio de la cancha y le permitió a los de Coleraine generar un contraataque que terminó en gol. 

Ante esta situación, Aaron McCarey, arquero de los locales, enfrentó a su compañero y le pegó una trompada y, como si fuera poco, el guardameta tomó a Burns de la camiseta y comenzó a arrastrarlo hasta que llegaron el resto de los jugadores a separarlo.

Frente a lo sucedido, el árbitro del encuentro le sacó tarjeta roja a McCarey, quien se retiró del campo de juego sacándose los guantes con furia.

Luego del encuentro, el entrenador del Glentoran Mick McDermott contó: “Aaron le ha dado la mano (a Burns) en el vestuario y le ha dicho que nunca debería haber ocurrido eso”.

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