Ni el más pesimista de los pesimistas hubiese imaginado este presente que atraviesan los futboleros. Por la pandemia, ya son 100 días en los que la pelota no rueda en nuestro país.
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Si bien los ingleses inventaron el fútbol, fuimos los argentinos quienes inventamos la pasión por este deporte. Nadie en el mundo siente la pasión por este juego como nosotros. Acostumbrados a eso, parece que vivimos domingo a domingo pensando solamente en 90 minutos a la vez.
Y un día, sin esperarlo, se bajan las persianas. Los jugadores no se presentan a un partido que les correspondía por «miedo a contagiarse» y en un abrir y cerrar de ojos ya transcurrieron más de 100 días sin ver a nuestro equipo.
En algún momento, con ilusión mediante, pensamos en que el 31 de marzo volvía todo a la normalidad, que era el día que se terminaba la primera cuarentena. Sin embargo, a 24 de junio, el futuro del fútbol en nuestro país sigue siendo incierto, confuso y lamentablemente, parece estar lejano.
Por distintas páginas, medios y periodistas pasaron formatos, definiciones, borradores para el Regional, Federal A, Primera Nacional y Liga Profesional de Fútbol, que dejó de llamarse Superliga en medio de todo este tiempo.
Más de tres meses. Impensado, pero real. Ni el más fanático de Godoy Cruz le desea al más hincha acérrimo de la Lepra que esté 100 días sin ver a su equipo.
Lo cierto es que cuando todo esto pase y vuelva todo a su respectiva normalidad, vamos a disfrutar aún más los abrazos de gol, los asados antes de ir a la cancha y cantar desaforados en la popular revoleando una camiseta aunque hagan 3°C en pleno julio… Todo eso volverá y seremos, otra vez, felices.
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